¿Qué cara se te quedaría si en tu visita a un museo descubrieras que eres igualito al protagonista de una obra de arte de hace cientos de años? Primero vendría, sin lugar a dudas, la sorpresa, y luego, cómo no, ¡una buena tanda de selfies! Y es que no todos los días encuentra uno a su doble idéntico, y mucho menos expuesto en un museo.
Algunos de los ejemplos que os enseñamos a continuación son tan impactantes que creemos firmemente que existe un parentesco entre las personas que vemos en los cuadros y sus dobles en la vida real. ¡Son demasiado parecidos para ser una simple casualidad!
¿Y tú qué opinas? ¿Cuál de estas parejas de «gemelos» te ha hecho pensar que es posible viajar en el tiempo?