Kintsugi: el arte japonés que resalta la belleza de las cicatrices
Cuando algo se rompe, literal y metafóricamente, tenemos la costumbre de asimilar que ya no sirve. La mejor opción, entonces, parece ser la de deshacerse de ese objeto, situación o relación. ¿Pero de verdad una simple fractura convierte algo en inservible? La técnica japonesa del kintsugi demuestra lo contrario.
Este bello arte consiste en reparar las fracturas de la cerámica con resina de oro, pero en realidad, el mensaje que intenta transmitir va mucho más allá. Y es que cuando algo se rompe podemos desecharlo, pero también podemos arreglarlo y convertir esa cicatriz en algo bello en lugar de intentar ocultarla.
El kintsugi, que repara la cerámica rota con barniz o resina espolvoreada en oro, entiende las roturas y reparaciones como parte de la historia de un objeto, trasladando esta filosofía también a lo no material. Al poner de manifiesto este proceso de transformación, dice este arte japonés, las cicatrices logran embellecer el objeto.
Esta forma de entender el concepto de cicatriz nos enseña que, efectivamente, a veces nuestros defectos son nuestras mayores virtudes. ¿No es bello el mensaje que trata de transmitir el kintsugi?
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