Burning Man 2018: el surrealista festival de arte en el que todo es posible
Una vez al año, en el desierto de Nevada surge una ciudad de la nada conocida como Black Rock City. Es la sede oficial del festival más surrealista y loco de todos cuantos existen: el famoso Burning Man.
En esta edición 2018 hemos vuelto a ver estilismos imposibles, extraños vehículos y esculturas gigantes. Por unos 400 euros, cualquier persona es bienvenida a este peculiar festival, que promueve la diversidad, la desmercantilización y la colaboración entre todos sus participantes. La principal premisa de la que parte el Burning Man es que todo es posible. Puedes llevar puesto lo que quieras. Puedes ser quien quieras. Un unicornio con zancos, un cazafantasmas del futuro o, simplemente, puedes ser tú mismo tal y como viniste al mundo.
Surgido en 1986 como reminiscencia de la noche de San Juan, el acto central del festival consiste en quemar una gran escultura de madera en forma de hombre durante la noche del sábado. Mientras dura el Burning Man, lo onírico se hace realidad, lo imposible se convierte en posible y los mundos más extraños e inimaginados son protagonistas.
Uno de los puntos fuertes de la organización es su esfuerzo por «no dejar rastro». Los participantes están 100% concienciados en este sentido, por lo que tras finalizar el festival, la Black Rock City se queda vacía e impoluta, como si nada hubiese sucedido allí. Y, después, desaparece hasta el año siguiente.
Aquí te dejamos las mejores fotos de este Burning Man 2018.